El celular que tienes en tus manos no puede glorificar a Dios. Tu uso del celular que tienes en tus manos sí puede glorificar a Dios.
Tus dedos pueden deslizarse suavemente hacia un sitio de pornografía, o pueden deslizarse apresuradamente a un sitio de productividad.
Al final, cada cosa que haces en tu dispositivo es el reflejo del verdadero estado de tu corazón. Las acciones externas no son más que el reflejo de lo que hay dentro de ti (Mt. 15:19). Pasar muchas horas en tu celular o usarlo para cosas inmorales es sencillamente la muestra de tus verdaderos deseos.
La pregunta que persiste es: ¿Cómo puedo acercarme a la tecnología con una mente cristiana?
El apóstol Pablo enseñó a los Corintios:
«Todo me es lícito, pero no todo conviene. Todo me es lícito, pero no todo edifica.»
1 Corintios 10:23
«Todas las cosas me son lícitas, pero no todo me conviene. Todas las cosas me son lícitas, pero yo no me dejaré dominar por ninguna.»
1 Corintios 6:12
Según Pablo, la libertad no siempre debe llevarte al desenfreno. Por un lado, debes agradecer al Señor que la tecnología ayude un poco a palear los desastres de la naturaleza y facilitarte la vida. Por otro lado, debes reconocer que el evangelio te impone un estándar ético que ilumina tu uso de la tecnología.
El legalismo se cierra muchas veces a la tecnología digital (como a muchas cosas). El evangelio te brinda una perspectiva equilibrada de todas las cosas que te ayuda a glorificar a Dios. Disfruta tu libertad, y no dejes que tu uso de la tecnología te haga un esclavo.