¿Alguna vez pensaste que todo lo que pasa en el mundo, incluyendo lo malo, es para el avance de la iglesia?
En Advertencias a las Iglesias, el obispo anglicano J.C. Ryle aborda un asunto muy interesante y reconfortante: La importancia primordial de la Iglesia de Cristo en el desarrollo de la historia de la humanidad y la historia que la Biblia cuenta.
Hoy quiero compartirte un fragmento del primer capítulo del libro del obispo Ryle sobre este asunto:
«Hermano, los hijos de este mundo se toman poco o ningún interés en la edificación de esta Iglesia. No se preocupan mucho por la conversión de las almas. ¿Qué son para ellos los espíritus quebrantados y las almas compungidas? Todo es locura a sus ojos. Pero si bien los hijos de este mundo no se preocupan en absoluto, hay gozo en la presencia de los ángeles de Dios. Para preservar esa Iglesia se han suspendido en ocasiones las leyes de la naturaleza. Todo el trato providencial de Dios con el mundo se arregla y dispone para el bien de esa Iglesia. Por amor a los elegidos se han terminado guerras y se ha dado paz a una nación. Los estadistas, los gobernantes, emperadores, reyes, presidentes y primeros ministros tienen sus planes y los consideran de gran importancia. Pero se está llevando a cabo otra obra infinitamente más importante para la que todos ellos no son sino hachas y sierras en las manos de Dios. Esa obra es la de reunir las piedras vivas en la única Iglesia verdadera. ¡Qué poco se nos dice en la Palabra de Dios acerca de los inconversos en comparación con lo que se nos dice acerca de los creyentes! La historia de Nimrod, el vigoroso cazador, se despacha en pocas palabras. La historia de Abraham, el padre de los fieles, ocupa varios capítulos. No hay nada en la Escritura que sea tan importante como lo relativo a la Iglesia verdadera. El mundo ocupa muy poco en la Palabra de Dios. La Iglesia y su historia ocupan mucho.»[1]
Saber esto es muy reconfortante porque aquellos que somos de Dios, que pertenecemos a su Iglesia, estamos seguros en sus manos. Aunque el mundo se caiga, Cristo sostiene a su iglesia.
Notas
[1] Ryle, J. C. (2003). Advertencias a las iglesias. (D. C. Williams, Trad.) (Primera edición, pp. 15–16). Moral de Calatrava, Ciudad Real: Editorial Peregrino.