R.C. Sproul: Un Resumen de la Reforma Protestante

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En el álbum Glory to the Holy One, uno de mis favoritos por cierto, el Dr. R.C. Sproul nos regaló unas palabras que resumen los hechos que envolvieron uno de los momentos centrales en la historia de la Reforma Protestante. Quise traducirlas esta mañana y espero que las disfrutes tanto como yo:

«Un martillo, en la mano de un oscuro monje agustiniano, cambió el mundo para siempre. Martín Lutero clavó sus 95 tesis en la puerta de la iglesia en Wittenberg Alemania, para llamar a sus compañeros profesores a examinar asuntos de suprema importancia teológica. Así comenzó la Reforma, por la cual la luz de la Palabra de Dios fue traída de las tinieblas a brillar con claridad otra vez.

Uno de los lemas centrales de la Reforma Protestante era este: El justo vivirá por fe. El desarrollo de Lutero de la justificación por fe solamente recuperó el evangelio que había estado oculto durante la Edad Media. Y en el centro de ese evangelio está la afirmación de que la justicia por la que somos declarados justos delante de un Dios santo no es nuestra. Es una justicia extraña, una justicia ajena, una justicia que Lutero decía es extra nos, aparte de nosotros, es decir, la justicia de Jesucristo. Es esa justicia que es imputada o contada en favor de los que ponen su confianza en él.

Por esta afirmación, Lutero se metió en serias controversias… controversias que terminaron con Lutero siendo llevado a juicio delante de los príncipes de la iglesia, e incluso delante del Emperador del Sacro Imperio Romano, Carlos V. Y allí, en la dieta de Worms celebrada en Alemania, Lutero fue llamado a retractarse de sus ideas. Él respondió a sus interlocutores diciendo: ‘¿Revoco? ¿Quieren que diga revoco, que me retracto? No voy a retractarme, a menos que sea convencido por la Sagrada Escritura o por razón evidente. No puedo retractarme, pues mi conciencia está cautiva por la Palabra de Dios, y actuar contra la consciencia no es correcto ni seguro. Esa es mi posición. No puedo hacer nada más. Que Dios me ayude.’

En cada generación, el evangelio debe ser proclamado nuevamente con la misma valentía, la misma claridad, y la misma urgencia con que se proclamó en la Reforma del siglo XVI. La iglesia siempre lo ha hecho tanto en palabra hablada como en canciones, produciendo himnos que nos cuentan sobre la gran salvación que ha sido llevada a cabo por Dios solamente y por Cristo solamente…» [2]


Traducido de la introducción al álbum.

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