La vida es un cúmulo de problemas, imprevistos, enfermedades, situaciones adversas que fácilmente nos roban la paz. Piensa por un momento en el plan que tenías y que, por una razón que escapaba de tus manos, ya no se pudo llevar a cabo.
¿Cómo te sentiste? En el peor de los casos, los problemas que enfrentamos nos devastan y desequilibran. Nos hacen replantearnos la vida. Sin embargo, hay otra clase de problemas que no son necesariamente tan graves como para hacernos replantear la vida, aunque nos quitan la paz. Hablo de problemas más cotidianos que en el día a día nos roban la tranquilidad. Y para ellos también la Biblia nos da una solución.
El apóstol Pablo aconsejó a los cristianos de Filipos con las siguientes palabras:
Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
Filipenses 4:6-7 RVA-2015
Grandes o pequeños, graves o leves, los problemas pueden afectar nuestros corazones y mentes cuando no tenemos una perspectiva adecuada de la solución a los mismos. La paz no es la ausencia de problemas. Puedes tener todo lo que quieras, estar saludable, y aparentemente tranquilo, pero eso no significa que tengas paz.
La única manera de tener paz verdadera es cuando nuestros corazones y mentes son guardados en Cristo Jesús. Cuando esto sucede, tu corazón no se llena de tristeza ni tu mente se colma de duda. Puedes descansar en que Cristo tu salvador es bondadoso, y confiar en que Cristo tu Señor tiene control de todas las cosas.
La pregunta que persiste es ¿cómo puedo lograr que mi mente y mi corazón sea guardado en Cristo? Y la respuesta que nos brinda Pablo es que somos guardados cuando, en lugar de afanarnos y preocuparnos, presentamos nuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Este tipo de paz sobrepasa todo entendimiento porque la gente te verá en medio de los problemas, las dificultades, y contrario a ver a una persona sin esperanza y frustrada, verán a una persona que tiene paz. Se preguntarán: «¿cómo puede esta persona estar tranquila en medio de semejantes dificultades? Definitivamente, no entiendo esta paz», dirán.
El Dr. John Piper tiene una cita hermosa que es una verdad indiscutible:
En un mundo de arenas movedizas, Cristo es una roca de poder.
Cuando el mundo se esté cayendo a pedazos, corramos a Cristo, nuestra roca eterna de poder, y oremos para ser socorridos por él. Nota por favor que apóstol Pablo no dice qué tipo de situaciones pueden robarnos la paz. Él simplemente dice que «por nada» debemos estar preocupados o desesperados. Esto abre el trono de la gracia a todo aquel que se sienta incapaz de mantener la tranquilidad en medio de cualquier situación.
En otras palabras, no hay ninguna situación demasiado trivial o pequeña que no tenga solución en el trono de la gracia. No dejes que tu mente piense o que otros digan que una situación es poco importante para el Señor. Siempre que sientas perder la paz, puedes correr al Señor y decirle: Padre, quizá este problema sea fácil de solucionar, pero necesito de tu gracia y sabiduría para hacerlo; dame paz en medio de todo esto que estoy experimentando.