Timothy Keller: El Egocentrismo y la Trinidad

Estoy leyendo La Cruz del Rey de Timothy Keller. Y encontré una cita maravillosa en la que Keller contrasta el egocentrismo con la dinámica eterna de las tres Personas de la Trinidad.

El Egocentrismo

Una vida centrada en uno mismo es una vida inmóvil, estática, sin dinamismo. Una persona egocéntrica quiere que todo gire en torno a ella. Puede que yo ayude a gente, puede que tenga amigos, puede que me enamore siempre que no ponga en peligro mis intereses individuales o cualesquiera que sean mis necesidades. Incluso puede que dé dinero a los pobres, siempre que me haga sentir bien conmigo mismo y no entorpezca mucho mi estilo de vida. El egocentrismo hace que todo lo demás sea un medio para lograr un fin. Y este fin, que no es negociable, es aquello que quiero o que me gusta, mis intereses sobre los de los demás. Jugaré con la gente, hablaré con ellos, pero, en el fondo, todo gira en torno a mí.[1]

La Trinidad

La trinidad es completamente diferente. En lugar de ser egocéntricos, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son, en esencia amor entregado mutuamente. Ninguna persona en la trinidad insiste en que las otras giren a su alrededor, sino más bien se centran las unas en las otras, se glorifican, se admiran, se sirven, ceden ante las otras. Cada una, de manera voluntaria, gira y orbita alrededor de las otras.[2]

Que el Señor nos ayude a dejar de vivir una vida egocéntrica y comenzar a vivir con un amor entregado hacia él y hacia nuestro prójimo. Después de todo, eso es lo que realmente vale la pena en la vida según Jesucristo mismo:

Los fariseos se agruparon al oír que Jesús había dejado callados a los saduceos. Uno de ellos, intérprete de la ley, para poner a prueba a Jesús, le preguntó: «Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento de la ley?» Y Él le contestó: «AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE.» Este es el grande y primer mandamiento.» Y el segundo es semejante a este: «AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO.» De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas».

(Mt. 22:34-40).

Notas:

[1] Keller, T. (2013). La Cruz del Rey: La historia del mundo en la vida de Jesús. (R. Cook, Trad.) (1a Edición, pp. 28–29). Barcelona: Andamio; GBU Conecta.

[2] Íbid., p. 29.

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